La abrumadora respuesta ofrece un atisbo de cómo las mujeres en Brasil, sobre todo las madres de familia, han sido desproporcionadamente marginadas por la crisis de salud. A nivel mundial, mientras las escuelas permanecen cerradas, muchas madres compaginan menos horas de trabajo con la educación en casa y las labores del hogar. Algunas pausaron por completo sus carreras, mientras que otras fueron despedidas.

Brasil está lidiando con un brutal repunte de casos de COVID-19, convirtiéndose en uno de los países más afectados en el mundo. La nación más grande de Latinoamérica representa menos del 3% de la población mundial, pero tiene un promedio de 2,400 muertes por coronavirus al día y una cuarta parte de los decesos registrados a diario en todo el mundo, de acuerdo con la Universidad Johns Hopkins. Los economistas dijeron que el empeoramiento de la crisis sanitaria y económica del país está postergando aún más que las mujeres regresen a trabajar.

“Este empleo me cayó del cielo”, comentó Marilene Paixao, una de las madres elegidas para el puesto de limpieza. Pero apenas un mes después de que São Paulo contrató a las mujeres a mediados de febrero, la ciudad volvió a suspender las clases presenciales el 15 de marzo.

Desde la década de 1950, la participación de las mujeres en la fuerza laboral de Brasil aumentó exponencialmente, pero el ritmo empezó a desacelerar a principios de la década de 2000 y se estancó de 2010 en adelante. Incluso antes de que empezara la pandemia, sólo 53% de las mujeres participaban en el mercado laboral, respecto del 71% de los hombres

Por cjimenez

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